Se trata de Natividad Terán, exjefe comunal de Itatí. También alcanza a su vice Fabio Aquino y a una decena de empleados de ese municipio. Los procesaron como “miembros de una asociación ilícita”
El juez federal Sergio Torres procesó con prisión preventiva al ex intendente de la localidad correntina de Itatí, Natividad Terán, y a su ex vice Fabio Aquino, al considerar que integraron una asociación ilícita para la venta de drogas que utilizó a niños para llevar a cabo el delito amparados por policías y otros miembros de fuerzas de seguridad. Ambos tendrían un “vínculo cercano con autoridades de la gobernación” de Ricardo Colombi, se remarcó en la resolución.
Según el procesamiento de 642 carillas, la organización delictiva usaba a chicos de edad escolar a los que llamaba “escueleros” para la descarga de la marihuana que llegaba en balsas desde Paraguay y se estimó que la cantidad de droga que ingresaba a Itatí era superior a las 15 toneladas semanales.
Además de Terán y de Aquino, el juez procesó a otros 26 acusados, 25 de ellos con prisión preventiva y embargos de un millón y medio de pesos, y entre los procesados también están el ex miembro de Prefectura Naval Julio Saucedo y el comisario de Itatí Diego Alvarenga.
En su resolución, el juez Torres consideró que Terán era el encargado de “coordinar la obtención de la droga” y dar protección a los demás integrantes de la banda, lo mismo que su ex viceintendente Aquino.
Sobre el ex prefecto Saucedo, se concluyó que distribuía la droga y se investiga si hasta gestionó un préstamo personal para la compra de un cargamento que terminó secuestrado por Gendarmería.
Alvarenga, el comisario de Itatí, “brindaba protección a los narcotraficantes, información y acción directa frente a un procedimiento de otra fuerza, invocando jurisdicción local”, remarcó el juez sobre el detenido que guardaba dos panes de marihuana en su seccional.
En la investigación, el juzgado estableció que la marihuana era comprada en la ciudad paraguaya de Juan Pedro Caballero, de allí era trasladada a Itá Cora y se cruzaba a Itatí en balsas por el río Paraná.
Una vez del lado argentino, la banda usaba a chicos en edad escolar para descargar las lanchas y luego cargar la droga en automóviles.
A estos chicos los llamaban “escueleros” y por eso al dictar los procesamientos, Torres entendió que el delito está agravado por “haberse servido de menores”.
Además ordenó seguir la investigación para determinar “el contexto” en el que se permitió que Itatí se convirtiera en una localidad donde ingresaban más de 15 toneladas de droga a la semana.
También se estableció que el dinero obtenido era “lavado” mediante la compra de viviendas y automóviles, que eran puestos a nombre de terceros con cédulas verde que autorizaban el manejo por parte de sus reales propietarios.
Todos los detenidos quedaron procesados como “miembros de una asociación ilícita, en concurso real con el delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes -en la modalidad de comercio-, en calidad de coautores, agravado por haberse servido de menores de dieciocho (18) años de edad y por la intervención de funcionarios públicos”.
Otra procesada con preventiva es Corina Noguera, secretaria de la Municipalidad de Itatí, supuesta prestanombre para el registro de automotores de la banda.